lunes, 16 de junio de 2014

Remote Control


En el análisis de La novia y el novio de ensueño esta vuestra humilde servidora dio pie sin proponérselo ni por asomo a que se me propusiera un reto muy concreto: si Rin y Len fueran felices ni que fuera en una canción, ¿sería capaz de dedicarle una entrada a la susodicha? No esperaba que nadie se tomase en serio mis palabras y las utilizase en mi contra, desafiándome abiertamente, ¡pero lo hicieron! La siempre oportuna señorita Sora lo hizo. ¡Y me lo tomé como algo personal!

De modo que he aunado esfuerzos y no he escatimado recursos rememorativos para encontrar la canción adecuada, la canción perfecta, la canción idóneamente dichosa, ¡y la escogida ha sido Remote Control! Canción que acabo de facilitaros junto con la facilidad que os facilito de forma constante y fiel a la traición que yo misma me impongo para allanar el camino que lleva a verlo a lo grande si el lector así lo quiere.

Remote Control

Es un espejo convertido en ritmo pegadizo. XD

¡Ahora que habéis dejado de bailar, lectores danzarines...! me dispongo a comenzar con la interpretación de la canción, esa que he de cosechar de mi maltratado cerebro (por los exámenes).

Bien, en un principio este animadísimo Remote Control puede resultar incomprensible. No obstante, pronto resulta evidente la ironía del tema para todo aquel que pertenezca a nuestra generación y por lo tanto haya jugado alguna remota vez a un videojuego... ¡o por lo menos para lo mayoría! Si vivís en una cueva y no habéis tenido infancia, ¡aquí estoy yo para aclarar las cosas! Aunque, bien pensado, ¿quién iba a estar interesado en leer mis análisis vocaloid, o en Vocaloid siquiera, si no está dentro del mundillo?

El tema cancioneril es la adicción a los videojuegos, adicción simbolizada en la relación amorosa que mantienen con sus respectivos mandos y que provoca que los gemelos quieran convertir al espectador en un nuevo adepto que engrose sus filas, invitándonos a su modo de vida con toda la sutilidad de que disponen (que vendría a ser un 0%). ¡Todos necesitamos algún vicio!

Dicho esto, antes de comenzar únicamente me resta ofreceros la serie de explicaciones imprescindibles para entender a qué se refieren determinadas palabras propias de la jerga gamer, otaku y de la cultura nipona.

En primer lugar, mashup es un género de música popular basado en un método de producción particular que consiste en la combinación de dos o más temas musicales en una especie de popurrí. En segundo, wtkt (siglas de "wakuwaku tekateka" [ワクワクテカテカ]) viene a significar algo parecido a "brillando de emoción", un comentario muy habitual entre los fans de los vídeos de Nico Nico Douga. ¡Por último!, L R UP SIDE DOWN Dash STOP A B son todos controles del mando estándar de cualquier videojuego. ¿Qué dónde están la X, la y las figuras geométricas? ¡Yo qué sé!

Ya que no me queda nada por añadir, ¡vamos con la interpretación, dividida en tres cómodas partes para mayor bienestar menos físico que mental tanto para vosotros como para mí!

¡Érase unos mandos muy bonitos...!

La primera parte la toma Rin desde el primer minuto con cincuenta y dos segundos ¡y no la suelta! Si no contamos los treinta y cinco segundos que dedican al baile de los controles. Dicha parte se inicia con la cuenta regresiva propia de los videojuegos cuando se cargan, cuando empieza una misión temporalizada o justo antes de un minijuego movidito. 

Tras el repaso de los controles, de que aparezca primero Len a la izquierda y después Rin a la derecha (cabe destacar el detalle estético que han tenido con el origen de sus nombres [Left, Right] y los controles R y L) y de que se nos deje claro como la luz del día que esta canción no podía cantarla ningún otro vocaloid, porque el juego de palabras se perdería irremediablemente, Rin empieza a cantar. ¡Las damas primero!

Érase una chica con un "dispositivo de control remoto un poco roto que sigue siendo útil". Solo con eso ya podemos deducir que dicho mando ha estado en su vida el tiempo suficiente como para estropearse más de una vez, el tiempo suficiente para cogerle cariño. Junto a él venía el plus de cierto modo de vida... Lo cual se resalta previamente mediante una imagen que habla por sí sola: los gemelos haciendo uso de sus mandos con una carita de felicidad inmensa. Que no se mueve. Y la cámara se acerca, se acerca, se acerca. Y la pantalla se vuelve negra. Obsesión a la vista.

Érase una chica que presenta su anticuado dispositivo de control remoto y a continuación lo usa sin titubear. Érase un mando especial, un mando que le permite afirmar: No hay error. Érase que o bien el mundo de los videojuegos lo tiene dominado, o bien en dicho mundo no existe tal concepto, dado que cualquier error puede solventarse.

Seguidamente, esta misma chica confiesa sus ligeras, nimias preocupaciones: sabe que debería pasar más tiempo fuera de casa y se pregunta cómo ha terminado así. Pero en el fondo no le importa, le da lo mismo. Si no sale más es porque perdería un tiempo precioso que es mejor destinar al ocio. Y es que nunca es suficiente cuando una quiere hundirse en el negro paraíso del vicio~. Los ojos de Rin brillan. Se tornan serios. Se acerca, se acerca...

Finalmente, o se convence a sí misma o nos insta a entregar cuerpo y alma "a la regeneración" con los ojos refulgentes de ilusión (y la cruz del mando), lo cual puede hacer referencia a una concepción del entretenimiento como acción regeneradora del alma (filosofía humanística, para que luego digan que no somos profundos) o simplemente al relax que conlleva divertirse tras un duro día de trabajo, estudios o existencia en general. Lo cual, de hecho, está muy relacionado con la primera teoría.

Todo cuanto canta podría interpretarse como las directrices de una veterana a un novato en los mundos virtuales (el espectador), veterana que se deja llevar y describe la euforia del juego absorbente y el afán de superación ante un reto complicado.

Cabe señalar que, si bien es cierto que acompaña sus órdenes con más de un "¡Baila, baila!", no significa necesariamente que se refiera a un juego musical (como por ejemplo Guitar HeroJust Dance o el mismísimo programa Vocaloid si lo consideramos como tal), dado que cabe la posibilidad de que todo sea metafórico (con estos análisis una acaba volviéndose paranoica). Sin embargo, que quiera cantar mejor de lo que ella nunca pudo ¡resulta revelador!

Con ello la hermana felizmente obsesionada da paso al hermano felizmente obsesionado...

¡Mandos fotogénicos!

A partir del minuto 1:53, Len toma posesión de la pantalla y decide no compartirla hasta el que dé comienzo la tercera parte en el 3:05, quitando los coros. En esta parte Len nos presenta su mando (¡es un mando de televisión!) de forma paralela a su hermana. No por nada son las dos caras de una misma moneda tanto como vocaloids como gamers. Manifiesta que ese mando es el que puede moverlo. ¿Se refiere a él o a su personaje? ¡Da lo mismo! Él y su personaje son la misma persona al fin y al cabo. Que el cuerpo apenas se mueva del sitio no significa que el espíritu haga lo mismo.

Se trata de un mando especial, tanto o más que el de su hermana, puesto que lo conoce tan bien que por mucho que haya perdido el manual sigue siendo útil, ¡ningún botón se le resiste! Él tampoco comete errores...

Con Len comenzamos a atisbar la seriedad del asunto. ¡Nos habla directamente! El interlocutor de este chico, que somos nosotros los espectadores, ha de comenzar a sentirse inseguro ante la determinación del susodicho. Porque, tal y como él mismo nos comunica, pese a que siempre parece estar bromeando hoy está muy serio. No es que lo diga él, es que en boca del susodicho se disponen los pensamientos y presentimientos del interlocutor. A los que responde inmediatamente. ¿Que hoy estoy serio? Pronto podrás decidirlo por ti mismo: ¡SIÉNTATE!

Al igual que ocurría con Rin, sus ojos brillan y se ponen serios. ¡Y se acerca, y se acerca...! Los cambios expresivos, al ser tan tenues, se intensifican y le confieren un aire de locura propio de la pasión desenfrenada por algo tan concreto como la vida virtual. Si con Rin ya lo intuíamos, con Len se nos hace evidente. Las órdenes son las mismas, los ojos chispean con idéntica ilusión, pero resulta el doble de contundente porque es la segunda vez que nos sucede. Ya no nos instan: nos arrastran. ¡Por nuestro bien!

Una vez Len evidencia que o nos está convirtiendo en su compañero de juego (habla de nuevo pasando dentro de mi cabeza [auriculares], espera un segundo, vamos a seguir la espera [consejo básico], un ritmo perfecto sale [sincronización entre ambos]) o estos dos hermanos han estado todo el tiempo gritándole al personaje que manejan en la pantalla (es decir, a sí mismos), ¡llegamos a la parte final!

¡Mandos adictivos!

Desde el minuto 3:05 hasta el mismo final, ¡los hermanos se unen! Así como un fondo multicolor se funde con la fiesta, dotando la escena de cierto tono alucinatorio, el tono irreal del mundo virtual.

Vuelve la cuenta regresiva que vimos al principio y los gemelos comienzan a soltar incoherencias por turnos. Parece que citen escenas de videojuegos y animes, pero también que se hayan vuelto locos. Es lo que tiene la obsesión, que en ocasiones rayamos los límites de la razón. Siendo sincera, pensaba que era un error de traducción.

No obstante, en el fondo residen los valores argumentales de casi toda obra de ficción, sea cual sea: héroe noble y multicolor, amor, malo con complejo de Dios que quiere dominar el mundo, razonamiento falso que sustenta la trama (una idea falsa fue un condimento transparente = ¿incongruencias argumentales?). 

A su vez, Len y Rin plasman los sentimientos de los jugadores: ese estado de nerviosismo por lo que sucederá a continuación, que emociona y aterra positivamente a partes iguales, la falta de ética de que hacemos gala cuando jugamos porque en el videojuego no hay moral (matar bichos, robar, saquear, delinquir a diestro y siniestro dentro de los límites de las leyes del juego...), la planificación extrema de los jugadores más avezados antes de hacer actuar a nuestro héroe y cómo el mundo sigue girando juguemos nosotros o no, reduzcamos o no nuestra angustia vital. ¡Por lo que es mejor divertirse mientras se pueda!

La imagen de Rin encima del mundo giratorio también resulta bastante reveladora. ¿Se siente la reina del mundo jugando? ¿Este sigue girando? ¡Qué importará! La felicidad es lo único que importa, y la diversión da la felicidad~.

Enterrado un poco más profundo, en sus corazones en ocasiones aún se preguntan cómo terminaron tan obsesionados. Pero dichas ocasiones duran poco, ya que, aún más en el fondo, realmente no les preocupa demasiado. Les preocupa más el tiempo que pierden no jugando.

Por ello su carita de seriedad dura tan poco, por eso mismo se contrasta tanto con esa encantadora sonrisa demente. El mundo seguirá girando y ellos continuarán divirtiéndose. ¡Hay que jugar!

¡Con esto no queda más que dar paso a la culminación de la entrada, la entrevista con el espejo! ¡Aquí están, aquí han llegado, las estrellas que sujetan los mandos...! ☆

Mandos envidiados...

Rin - [Dando vueltas en su silla]

Len - [Mirando fijamente a Yukino, sin decir palabra]

Y - ... [Junta las yemas de los dedos, reclinada en su propia silla giratoria]

Len - [Es el único que está de pie]

Y - ¡"Sit down, please"!

Len - Tengo algo que decir.

Y - ¡"Sit down, please"!

Len - ¡MASTER!

Y - ¡Qué pronto te pones histérico! Esta juventud, que no aguanta ni tres líneas de diálogo tenso... Venga, desembucha, ¿de qué te quejas? ¡Ya lo sé!

Len - ...esto no es a lo que me refería.

Y - Mua ja ja ja...

Len - ¡TRAMPOSA!

Y - ¡Error! ¡Aquí no hay trampa ni cartón! Únicamente hay victoria. Por mi parte. ¿Sois felices o nos sois felices? ¡Y os la he dedicado! Así que harías bien en ser elegante y cumplir con tu parte de la apuesta.

Len - ¿Qué apuesta?

Y - Qué suerte que no te jugaras el travestismo, o llevarías más vestidos rosa que cierto amo del Diablo que todas conocemos y amamos a nuestro modo.

Rin - ¡Qué decepción!

Y - Yo por mi parte no tengo un fetichismo especialmente relevante por el travestismo shotalolita. A mí me van más las corbatas y los uniformes. Verdes. Negros. Oscuros. Con botones. Mi HP se ve seriamente mermado solo con pensar en ello.

Len - ¿Pero qué apuesta?

Y - Aunque he de admitir que lo que sí ha logrado decepcionarme ¡pese a lo positiva que soy! es esa falta de Gakupo en la cancioncilla. Ya que se habla de un samurai arcoiris, ¡qué menos que un cameo!

Rin - No... ¡Gakupo solo nos habría robado protagonismo!

Y - ¡Si se canta sobre un samurai, aparece Gakupo! ¡Si sale la palabra samurai, se secuestra a Gakupo! ¡Si ni que sea se alude al código samurai, tiene que citarse a Gakupo! ¡Es la norma no escrita de Nico Nico, qué digo: es la LEY!

Rin - ¡Si no está escrita no hay por qué seguirla!

Len - ¿¡Qué apuesta?!

Y - Ah. [Acalorada. Se abanica. ¡Uf!] Tienes que hacer una pose incestuosa con tu hermana para despedir la entrada.

Len - ¿¡Pero cuánto más quieres mancillar mi imagen?!

Y - ¿Qué imagen, Len? ¿Eh? ¿La del mujeriego que si no ha salido con medio país de mujeres no ha salido con ninguna porque está secretamente enamorado de su hermana, la del perturbado asesino y cosas peores, la del acosador, la del pervertido, la del idiota, la del uke de todo vocaloid masculino y hasta de femeninos si me apuras? ¿¡Qué imagen?!

Len - ...

Han nacido para esto.

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