domingo, 31 de marzo de 2013

Cuando ella descubrió que era un otaku


En esta ocasión que se nos depara tomaremos un descanso de tanto tema tsundere contra yandere y pasaremos al tronco que (seguramente) sostiene y anida en el alma de todo lector de este mi Otaku Hen, independientemente de la rama de esa espesura que nace de él a la que pertenezca: ¡el otaku! Pero... ¡alto! Por esta vez y sin que sirva de precedente, no adelantaré más de la cuenta en esta introducción.

Tal y como ocurre con tantas otras canciones vocaloid, como por ejemplo Ice cream is melting!, la que analizaré a continuación parte de una original a la que parodia. En este caso, ¡Kaito vuelve a la carga y parodia otra de las muchas canciones de Miku que giran en torno a un supuesto desamor inicial que culmina en un desenlace halagüeño (a diferencia del destino que reservan para las que a Gumi pertecen), When the first love ends! Casi parece que cada vez que Miku canta una nueva canción cargada de azúcar aparece Kaito para colmarla de comedia. ¡Mmm! ¡Bien hecho!

No comentaré la versión original, pero puesto que conviene conocerla para un mejor análisis y sobre todo como referencia, la añado a las facilidades que como de costumbre os facilito para verlo a lo grande si se quiere y ahorrarme citar a los traductores: ¡When the first love ends y Cuando ella descubrió que era otaku!

When the first love ends

¡El original!

Cuando ella descubrió que era otaku

Sinceramente, ¡Kaito la canta mejor!

No son las mejores traducciones del mundo, pero no he podido encontrar otras mejores (en el caso de la versión musical del heraldo del helado, literalmente no he podido encontrar otra) y para lo que nos interesa que es comprenderla, ya nos sirven. ¡Tampoco están mal! No me critiquéis, no me critiquéis...

Para variar y porque no hay forma de separar en partes esta espléndida parodia en la que podemos sentirnos identificados ya sea completamente o en parte (o quizá no), no la dividiré ni en dos ni en tres. ¡Sin más dilación, comienzo con la canción!

Kaito tenía una estupendísima novia...

Érase que Kaito era un otaku que escondía a su novia (Meiko) su profunda pasión, su verdadera personalidad como miembro de esta una subcultura que está principalmente obsesionada con el anime, el manga y/o los videojuegos, hasta el punto de hacer girar todo su ritmo de vida en torno a dichas actividades.

Se advierte, únicamente con los primeros treinta segundos, la opinión que en Japón merece un otaku.

En su día lo expliqué en el respectivo trabajo sobre este brillante y a la vez oscuro mundo en el que estoy inmersa de la cabeza a los pies, sin aspiración ni deseo algunos de ser rescatada, pero lo repetiré para los que no lo sepan o no lo recuerden y prefieran ahorrarse el tiempo de buscarlo: en el mundo occidental, el término otaku se emplea para calificar a aquel que es aficionado a la animación y a toda la cultura japonesa, mientras que en Japón es considerada como una palabra para referirse a un aficionado solo al manga, al anime y a los videojuegos. Muchas de las personas que no pertenecen a este mundo consideran el uso de esta palabra ofensiva, al igual que aquí "friqui" puede ser considerado un término peyorativo. Hoy en día, es una distinción ser reconocido entre los fanáticos de la literatura ilustrada y el vídeo animado japonés, por lo que, en lo que a otakus no-japoneses se refiere, es un orgullo serlo.

Este contexto de opinión pública que desfavorece a los otakus japoneses, imperante en la canción, es la que marca el juego de la ambigüedad en la primera frase de nuestro otaku azul. Se remonta a sus inicios.

Que su primer objeto de coleccionista tuviera un sabor a lágrimas puede hacer referencia a dos cosas a las que se alude, una de forma directa y otra de forma no tan directa: en primer lugar, a la tristeza que le supone pertenecer a esta susodicha subcultura que está mal vista por la sociedad, puesto que no puede expresar libremente su pasión por miedo a que lo descubra, no la sociedad, sino su novia, que podría despreciarle; en segundo, al regocijo que por otra parte conlleva el haber adquirido este primer objeto, símbolo del principio de todo, de la consolidación de su nuevo estatus en ese mundo tan desprestigiado como atractivo, en el cual, antes de esta compra, solo había dado los primeros pasos hacia la dulce perdición.

La dulce perdición, sin embargo, se volvió amarga en el preciso instante en el que bajó la guardia y se olvidó de echar el cerrojo a la puerta para así evitar que su novia lo descubriera.

Kaito tenía una novia dominante... XD

Dado lo comprometido de la situación vigente, los ojos fríos de Meiko junto con su respectivo suspiro no pueden considerarse si no una consecuencia natural y obvia. Después de todo, ha destapado la afición de su novio en el peor momento posible: ¡viendo a una ídolo ligera de ropa! El susodicho suspiro inspira una sospecha muy concreta: ¿lo sabía de antemano y lo ha estado pasando por alto, lo presentía y prefirió disimular, fingir que no lo intuía? Cabe la posibilidad de que ese suspiro fuera expresión de la más pura resignación. "Demonios, ahora no podré seguir disimulando".

¡Kaito estaba desesperado! Desesperanzado y viendo a venir que se desharía de él, se esforzó por relajar el ambiente y compensarla de alguna forma, buscando un acuerdo de paz. ¡Plaf! ¡La respuesta es un bofetón! ¡La respuesta es la frialdad, la furia! La respuesta es... la destrucción del disco que contenía a esa dichosa ídolo.

Ahora bien, exceptuando la clara intención cómica, ¿no es exagerada la reacción de Meiko? ¿No debería amarlo de todas formas? Las razones de su implacable arrebato y desmesurada irritación pueden ser varias: tal vez esté indignada debido a que su novio le había ocultado una parte importante de su vida por temor a que lo abandonase sin intención de comprenderlo y para más inri este no cesa de demostrarle que no confía en que ella albergue siquiera esa intención con propuestas como borrar su información, quizá sea ese tipo de mujer que no soporta la existencia de una afición, un amor más importante que ella en el corazón de su pareja, o puede que sencillamente sea una persona que desprecia a los otakus y/o sus aficiones. En ese caso, el suspiro anterior vendría a significar que no pasaría nada ni habría repercusión siempre y cuando continuará con sus aficiones en secreto, lejos de su presencia.

Resulta difícil cuanto menos decidirse por una de estas teorías, ya que ni siquiera Kaito es capaz de descifrar a esta impenetrable mujer. Si bien es cierto que nuestro príncipe literalmente azul ha llegado a ser muy despistado.

¡La novia de Kaito es una mujer complicada!

El descubrimiento de su pasión desencadena en el héroe otaku una reflexión melancólica con respecto a su airada enamorada. Fantasea con la posibilidad con la que ya había fantaseado antes: compartir sus aficiones con ella. La pareja de Rin y Len le provocan una envidia... sana.

Cabe destacar la aparición de la figura publicitaria de Hatsune Miku. Si bien es cierto que el primer motivo de esta pequeña aparición cumple una función vaticinadora para con el final, hay que tener en cuenta que Kaito es en esta canción, además de un integrante más de ellos en sí, conocedor del universo vocaloid, cuya música e inclinación por los personajes es muy característica entre los otakus. Por lo mismo es natural que conozca la canción original que versiona y se hagan estas pequeñas referencias a ella, de la misma forma que ocurre con esos pequeños momentos de conexión como los temblores o el estribillo.

Kaito emprende varios intentos para conectar con su Meiko, como el editado de sonido, pero no se atreve siquiera a articular palabra e, interpretando en su frío, altivo mirar que jamás comprenderá ni compartirá su modo de vida, que como mucho lo toleraría, una vez ha comprobado que no podrá deshacerse de este ni por ella ni por nadie puesto que desde el principio se debatía entre el noviazgo y sus aficiones, toma su decisión final.

Finalmente, impera su otakismo, que rige y compone su forma de ser, y corta con Meiko, dado que ella no tiene cabida en él. Puede parecer que le dé un ultimátum en el que exija que lo acepte como es y esta opte por dejarlo, pero a mi entender no le da oportunidad. Las cláusulas "Tengo que decirlo", "También entiendo que vas a estar entristecida por ello" revelan esta determinación y, junto con el gesto compungido de ella, no dejan lugar a dudas. Se produce una sustitución que conlleva la desaparición de Meiko. Tras todo lo sucedido, Kaito abraza su afición sin ambages, arrepentimiento ni contención, se entrega de lleno al otakismo que encarna Miku. Esta, lo acepta incondicionalmente.

Una pareja más destrozada por Miku...

¡Finalmente, llegamos a la quizá esperada entrevista con las celebridades de la canción! ¡Con nosotros...!

...¿dos tortolitos?

Y - ¿¡Pero qué demon...?!

Kaito - ¡Master~☆!

Y - [¡Exclamativos!] Dios, estás eufórico.

Kaito - ¡Me ha comprado un helado~!

Y - ¡A mí no te me abrazas tanto!

Kaito - ¡Un helado especia~♥~l...!

Y - ¡Separaos! ¡¡Ahora mismo!! No es que me moleste, de hecho me agrada y regocija que Kaito se empareje con una adulta alcohólica en lugar de con una Rapunzel turquesa que podría matar a alguien de un latigazo capilar con el solo movimiento de su cabeza... pero... ¡pero...! ¿¡qué sentido ha tenido toda la dichosa canción si ahora venís vosotros y os reconciliáis!?

Meiko - [Con las mejillas y los lóbulos de las orejas ¡rojos!] Pequeña.

Y - [Con minúsculas lagrimillas en el blanco de los ojos] ¿¡Tú también?! ¡Mido 1,64! Tengo una estatura media, ¡media te digo!

Meiko - El trabajo es el trabajo; lo personal, lo personal. [Y con su lata de cerveza marca registrada]

Y - ¿Es que habéis pasado por el supermercado?

Meiko - ¡Brindo por ello!

Kaito - ¡Helado~!

Y - Me pregunto de qué será el helado para tenerte tan contento... bien, Kaito, intentemos hacer algo de provecho. ¿Qué impresión te ha dejado tu breve pero intensa experiencia como otaku?

Meiko - ¡Salut!

Kaito - ¡Con helado~!

Y - ...de acuerdo. ¿Y tú, Meiko? ¿Se apoderó de ti el mismo imperioso sentimiento que recorre mi cuerpo entero en este mimo intante para con vosotros cuando le dedicaste esa estupenda, sonora bofetada a Kaito?

Meiko - ¡Salut!

Kaito - ¡Con más helado~!

Y - [Voz monótona] Oh. Cielos. Pero qué gran respuesta. Es tan original que me embarga el sentimiento de violencia y hasta colma de este mis articulaciones, preparadas para actuar.

Meiko - ¡Brindo por ti!

Y - ¡¡A mí no me eches las culpas!!

Kaito - ¡Con un mundo de helado~!

Y - [Frustración máxima] No vamos a sacar nada en claro de esto. Antes de que las falanges de mis manos me obliguen a estrangular a este par de dos tan bien avenido con la bufanda de uno de ellos, es hora de despedir la entrada: ¡adiós, queridos lectores, amados comentadores...! ¿Por qué agitas las manos en un momento como este? ¿Eso es una cerveza de celebración? ¿Q-qué es eso redondo...?

Kaito - ¡Yo!

Y - [Cogiendo un vaso de agua para olvidar las penas] ¿Quieres dar el gran final? Adelante, escandaloso.

Kaito - Meiko~, ¿aceptas mi...?

Meiko - ¡Síii!

Y - [Se atraganta]

Meiko - ¡Brindaré con esto!

A cada uno le interesa lo que le interesa.

3 comentarios:

  1. Pues, como dije, aquí me tienes, para dejar lo que probablemente será mi último comentario en un par de semanas. T.T ¡Qué cortas son las vacaciones!

    O.O ¡No has adelantado nada en la introducción! ¡NADA! ¡Ni siquiera un poquitín!

    Kaito nació para parodiar canciones de otros vocaloids. ¡Se le da de bien!
    La verdad es que Kaito y Meiko hacen una pareja estupenda. Al fin y al cabo, los opuestos se atraen, ¿no?
    Uf, con sólo escuchar los primeros 15 segundos, ya me he sentido identificada, pero al ver a Kaito siendo descubierto con las manos en la masa, se me han saltado las lágrimas. ¡Yo también fui descubierta por una amiga mientras veia Pandora Hearts!
    Un final inesperado. Yo que creía que Meiko le aceptaría...Pero claro, si Kaito no le da una oportunidad para que se acostumbre a su otakismo, cómo le va a aceptar.
    Debería estar prohibido que Miku aparezca en canciones de amor que no sean suyas, ¡o no quedará ninguna pareja vocaloid en pie!

    Bueno, pues ahora ya puedo enterrarme bajo una pila de libros en paz, he dejado una cantidad de comentarios considerable tras de mí. Supongo que es el momento de irme a estudiar. Pero no te preocupes, ¡volveré!
    ¡Hasta otra!

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    Respuestas
    1. ¡Un parpadeo, duran! XD ¡Pero me encanta ver cómo cumples lo que prometes, y así de rápido!
      Espero haberte entretenido estas vacaciones con las entradas. XD

      Entonces creo que he cumplido mi cometido. XD ¿Estás sorprendida o preferirías que adelantara? =º=

      Solo con sus parodias podría llenar a este mi Otaku Hen de entradas varios meses. XD
      ¡Exacto! Él es el boke y ella la tsukomi, ¡no entiendo cómo me lo juntan siempre con esa lolita (y rompehogares) de Miku! XD
      ¿Y lo pasaste mal? ¡Mira que Pandora Hearts es un buen anime y nada de lo que avergonzarse! Podrías haber puesto una excusa y jamás te habría descubierto como otaku. XD
      Nadie se espera ese final. XD
      ¡100% de acuerdo! ¿¡Qué pretende, dejarlas a todas solteras?! XD
      Aunque creo que a Gakupo sí que lo ha dejado en paz. =·=
      ¿¡Es que Gakupo no es suficiente para ella?! XD

      ¡Me has saciado, me has llenado de dicha! ¡Puedes irte tranquila, que yo te estaré esperando en mi regocijo! XD
      ¡Hasta otra, Alice-chan, mi nueva comentadora habitual, y mucha suerte! XD

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  2. Me encantan tus entradas, son muy interesantes. Creo que tienes razón deberían sacar a Miku de todas las canciones románticas que no sean suyas.
    De todas las parejas vocaloid Kaito y Meiko son la que más me gusta.
    Saludos!

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